El cultivo del mejillón tuvo su desarrollo dentro del marco de la Unión Europea de una manera más incisiva durante los últimos 30 años, aunque en Galicia ya se había empezado hace más de 50. Posteriormente hubo un incremento en la producción hasta principios de los años 80 para pasar en años posteriores a producciones más o menos constantes aunque con fluctuaciones, y en ocasiones significativas.
La Organización de Productores de Mejillón de Galicia (OPMEGA) es la principal organización de mejilloneros de esta Comunidad y actualmente engloba a 11 delegaciones, con presencia en todas las rías del litoral gallego (Vigo, Pontevedra, Arosa, Muros-Noia y Ares-Betanzos) y aproximadamente con 753 bateas inscritas pertenecientes a unos 522 productores.
Este sector tan tradicional está basado, en la mayoría de los casos, en explotaciones de tipo familiar que realizan su actividad en unas estructuras flotantes o bateas de las que cuelga este afamado y tan rentable producto.
Actualmente existen unas 3.300 bateas dedicadas al cultivo de esta especie que producen un total de 270.000 Tm al año solo en Galicia, lo que representa un 94% de la producción española y un 50% de la producción mundial.
El mejillón es un molusco bivalvo cuyo nombre científico es Mytilus, siendo las dos especies europeas más comunes el M. edulis, más abundante en el Norte de Europa y el M. Galloprovincialis, de amplia distribución en el litoral de la Península Ibérica.
El primero, alcanza la madurez sexual a la edad de un año, mientras que M. galloprovincialis empieza a madurar sexualmente a los 40-50 mm lo que corresponde a los 6-7 meses de edad y alcanza los 8-9 cm (talla comercial) en un año y medio. Ambas especies, cuya morfología es similar presentan unas características fisiológicas diferentes.
Durante mucho tiempo y hasta que no se han desarrollado técnicas de carácter genético, se han confundido, gracias también a su gran capacidad de hibridación.
Reproducción
El mejillón presenta los sexos separados. Las hembras tienen la carne de un color anaranjado, mientras que los machos adoptan una coloración amarillo pálido o blanquecino. No obstante, pueden aparecer individuos hermafroditas (con los dos sexos al mismo tiempo), y que se pueden reconocer visualmente porque su carne adopta una coloración intermedia.
La fecundación es externa. Los gametos, espermatozoides y oocitos, se liberan al agua en donde tiene lugar la fecundación. Las larvas, después de 1-2 meses de vida planctónica, dependiendo del momento del año, sufren una metamorfosis adquiriendo aspecto ya de mejillón adulto y se fijan a lo primero que se encuentran, teniendo afinidad por los sustratos de tipo filamentoso.
De ahí que los colectores utilizados para su captación del medio natural sean cuerdas.
La cantidad de oocitos que puede producir una hembra, depende de su talla. Así, a lo largo de su vida se incrementará el número de su puesta llegando incluso a los 25.000.000 de huevos que puede producir un ejemplar de unos 9 cm, aunque se ha estimado que como mucho tan solo un 10% llegan a desarrollarse.
Existen ejemplares maduros sexualmente durante todo el año, pero en Galicia existen dos períodos de puesta masivos:
- El principal coincide con la primavera, con fijaciones de juveniles desde abril hasta julio.
- En otoño el segundo, de menor importancia y con fijaciones desde octubre hasta febrero. En esos meses es fácil encontrar mejillones pequeños (de hasta 1 cm) en las rocas del litoral. De ahí serán recogidos para iniciar el cultivo en la batea, aunque también son aprovechados los que se fijan en colectores y cuerdas puestos en las bateas.
Alimentación
Son moluscos filtradores de la materia orgánica que se encuentra suspendida en el agua y donde el fitoplancton representa un porcentaje del total. Cuando son larvas, una concentración alta de estas microalgas en la dieta influye en su rápido crecimiento y desarrollo.
Por el contario, su ausencia o baja concentración, es uno de los factores limitantes que provoca grandes mortandades.
La velocidad de filtración o cantidad de agua que atraviesa sus branquias por unidad de tiempo guarda una relación directa con el tamaño de los ejemplares, así un mejillón de 5 cm puede filtrar 5 litros/hora.
Por extensión, los mejillones de una cuerda son capaces de filtrar al día no menos de 90.000 litros de agua y los de una batea alrededor de 70 millones de litros en el mismo tiempo.
Cuando el mejillón se deja crecer de una manera ininterrumpida, su vida media oscila de tres a cuatro años, y en zonas con ausencia de depredadores (estrellas de mar, cangrejos, pulpo, caracolas y determinadas especies de peces) se han encontrado ejemplares de ocho y quince años, aunque excepcionalmente se han aparecido mejillones de veinticuatro años.